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martes, 31 de enero de 2012

Necesito tu piel



Te quise en el momento exacto...
mojé besos en mi saliva y te sentí recogerlos entre mi boca y mis pechos.

Te encontré en mis ganas.
Ardiente, exigente... sonreí y bajé tus manos hasta la mitad de mis muslos.
Lentamente recibiste mi alma con tus manos imaginadas...
Mi olor a hembra domó tus sentidos acogiéndote...  haciendo de las incógnitas, avalanchas de deseo que gritan aún calladas y perdidas, agitándose peligrosamente dentro de mi piel.


Me libero de uma rebeldia, primitiva y habitual. Hierve la temperatura.
Atravieso cualquier juicio posible.
Entre los muslos hogueras de prisa y de memoria.
Su voz se hace presencia... me hipnotizan esos sonidos de sudados vocablos.
Arqueo la espalda, rozo el costado de la silla, siguiendo sendas y rutas desordenadas.

Finalmente... quiebro por dentro. Respiro hondo mil y una veces.
...Siento que la música hace mucho acabó.

Estoy viva... y necesito tu piel.

miércoles, 18 de enero de 2012

Códigos Secretos



Acabo de hablar contigo. Uno de aquellos diálogos sólo nuestros. Llenos de señales en que ninguno se atreve a plasmar la certeza de que son promesas. Reímos en códigos que aún no osamos descifrar, es más cómodo así, vivir sofocando esperanzas en juramentos de amor dibujados en los fragmentos de las horas en que las agujas del reloj son los únicos testigos de algo tan improbable como la satisfacción de una realidad que supera el sueño de un amor que nunca se esperó.


¿Porque insistes en amarme?... ¿Porque intentas seducirme?...

¿Porque me robas el sueño y sinvergüenza confundes mi realidad saciándome de halagos, gestos dulces y palabras sinceras?...

…Porque simplemente no desapareces en las sombras de alguna callejuela mal iluminada y me dices que de mí no queda ni el olor de mi cabello, ni el sabor del champán que probablemente me envenenó los huesos, haciendo que todas las convicciones anticipadas desaparecieran lentamente en el comienzo de cada beso.

¡Ignórame!...Deja que yo alimente la idea de que eres sólo más un engaño... y que acune añoranza en mi corazón que insiste en palpitar versos ardientes. Miente a la ilusión. Mata la fantasía. Acaba de un golpe con esta historia que aún no fue escrita.

¡Actúa con la razón!

Confíscame las palabras que encharcan los sentidos y prométeme...prométeme que aplazas para siempre los juramentos de amor que contienes en el grito del final previsible de este idilio. Ensaya un final perfecto y será mi regalo.

¡Deja de amarme! Ya soy tan feliz que necesito huir antes que tus promesas me embaracen...porque entonces será demasiado tarde para que me prohíbas amarte.

Amie